samedi 28 juillet 2007

+ LA LITERATURA Y LAS GUERRAS

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Pretendemos referirnos a una categoría especial de periodistas: los corresponsales de guerra. Los primeros corresponsales de guerra en sentido estricto de que se tiene noticia escrita son los autores griegos Tucídides —con su Historia de la Guerra del Peloponeso—, que es una crónica de guerra, en la que además participó activamente; y Jenofonte, que en su relato o crónica Anábasis, nos cuenta las peripecias que sufrió la Expedición de los Diez Mil en su viaje a Persia, a la que se unió en ayuda al rey Ciro, obra que consultaría tiempo después Alejandro Magno en su invasión del territorio persa.

Hay casos muy llamativos de autores que han sido antes que escritores, a la par o después, corresponsales de guerra, algunos con participación activa en los frentes correspondientes, acompañado de su esposa alguno y todos con ideas claramente socialistas, sobre todo en la guerra civil española.

Vamos a tratar, pues, hoy de algunos de los escritores-corresponsales de guerra que participaron escribiendo información de guerra para periódicos y revistas en diferentes conflictos.

Hay algunos casos muy conocidos. Uno de ellos es el de Ernest Hemingway, que participó como corresponsal en la guerra civil española trabajando para sesenta periódicos y revistas norteamericanas, junto a su tercera esposa, también periodista, Martha Gellhom, que escribía sus crónicas de guerra de forma más cercana, más realista —lo cual no le perdonó nunca su esposo—, en tanto que Hemingway, al parecer, salpicaba las suyas a veces con algunas pinceladas fantasiosas. Escribió entonces la novela ¿Por quién doblan las campanas?, cuya trama se desarrolla durante la contienda y que ha sido llevada al cine, en que curiosamente uno de los personajes es Kárkov, de quien Hemingway dice ‘En aquel momento era uno de los tres hombres más importantes de España’. Kárkov es el trasunto de un corresponsal real de guerra soviético, hombre de confianza de Stalin, de nombre Mijail Koltsov, extremadamente poderoso en aquellos años.

Koltsov, destacado periodista de Pravda escribió Diario de la guerra española, de gran valor testimonial a pesar de su carácter propagandístico.

John dos Passos, al que nos hemos referido de pasada en ‘Literatura y periodismo’, coincidió con Hemingway durante la guerra española para colaborar en el guión del documental La tierra española, pero al conocer la desaparición de un amigo español y traductor de su obra, presuntamente a manos de los servicios secretos soviéticos, rompió definitivamente con la ideología comunista.

George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair (George por el patrón de Inglaterra y Orwell por el río del mismo nombre), cuyas obras más conocidas son Rebelión en la granja y 1984, se afilió como miliciano en el POUM en 1936 —Partido Obrero de Unificación Marxista—. Escribió a raíz de ello Homenaje a Cataluña, en donde describe su admiración por la organización de los anarquistas revolucionarios catalanes. Escribió para la revista New English Weekly.

Al comenzar la guerra, en 1936, André Malraux, se pone a disposición del gobierno de la República española y alcanza el grado coronel del cuerpo aéreo llegando a dirigir la escuadrilla España. Meses antes había estado en España como delegado de la Asociación Internacional de Defensa de la Cultura. A partir de su experiencia escribió La esperanza, novela en que se describe la lucha de ideales que surgió en España por la contienda civil. Filmó la película Sierra de Teruel, con guión escrito en colaboración con Max Aub, que narra algunos combates de la escuadrilla.

Por no extendernos demasiado, abreviaremos diciendo que también intervinieron en la guerra española como corresponsales: Antoine de Saint-Éxupery, George L. Steer, Indro Montanelli y otros. Me interesa resaltar la intervención del periodista Harold Kim Philby, espía pro-soviético, que escribía unas crónicas tan del agrado del bando rebelde nacional que engañó a todo el mundo y fue condecorado por el general Franco.

Hemos tratado hasta ahora de los corresponsales en la guerra española, pero, ¿y los de otras guerras? Mencionaremos algunos que me han llamado la atención siempre.

Ernie Pyle ha sido según algunos entendidos el corresponsal de guerra más leído. Desarrolló su labor principalmente durante la Segunda Guerra mundial y escribió más de 700.000 palabras en primera línea de fuego, terminando su misión en el Pacífico, con la invasión de los marines USA en Iwo Jima, donde encontró la muerte a manos de un francotirador.

Otro caso que siempre me ha atraído ha sido el de Ambrose Bierce, estadounidense, del que hablamos en nuestro artículo ‘La Literatura y los diccionarios’, que era un escritor consagrado y periodista cuando, con 71 años de edad, cruzó la frontera de EEUU. hacia México, uniéndose a las tropas revolucionarias de Pancho Villa y perdiéndose su pista para siempre. En dicho artículo nos referimos a algunas de sus obras.

Su vida ha sido llevada al cine con el título de Rojos, una de sus obras. Fue el periodista estadounidense John Silas Reed (nuestro artículo ‘Literatura y Periodismo’). Escribió para el Metropolitan Magazine como corresponsal de guerra en la revolución mexicana y en su obra más famosa, Diez días que estremecieron al mundo, nos da cuenta de los acontecimientos que rodearon a la revolución bolchevique, que vivió directamente.

También en España hemos tenido excelentes corresponsales de guerra, muy vinculados a la literatura, que han cubierto numerosos conflictos bélicos. Citaremos, entre otros, Alberto Vázquez-Figueroa, Arturo Pérez Reverte, Manuel Leguineche, Alfonso Rojo,… y, entre otras, Carmen Sarmiento, Maruja Torres, Nuria Varela,… Todos, ellas y ellos, son además escritores, algunos muy leídos.

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