lundi 17 septembre 2007

+ LA LITERATURA Y LA SELVA

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Al igual que existe la novela realista, romántica, policíaca,…, existe la novela de la selva. Es un tipo de novela que se ha dado en zonas de climas intertropicales (por debajo del Trópico de Cáncer y por encima del Trópico de Capricornio), con abundantes precipitaciones, en territorios de América Central y del Sur, África Central, Malasia, Indonesia,... Por tanto es difícil que en España se den escritores de novelas de la selva, salvo que existan novelistas que siendo residentes en nuestro país hayan tenido experiencia directa con la selva. Algún caso existe. O el de algún otro escritor que visitó países con selva.

Estamos preparando otro artículo que tratará sobre ‘La literatura y la ciudad’ y en él se da mayor dispersión geográfica (Madrid, Barcelona, New York, Sydney, Calcuta, Ciudad del Cabo, etc.).

Este tipo de novela de la selva o de la tierra ha sido cultivado por autores hispanos desde Bolivia hasta Brasil y algún asiático y europeo. En ella se suele dar la lucha titánica del hombre por la supervivencia, la pugna contra un medio hostil repleto de peligros, acechanzas y enfermedades. La batalla en definitiva contra la naturaleza indómita. O bien se pinta ora la vida del cauchero, ora la inicua explotación del indio y el mestizo entre tanto verde color esperanza.

Ha habido algunos escritores que han reflejado este medio hostil en sus novelas y cuentos. Hablemos de algunos de ellos.

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Rudyard Kipling (1865-1936), escritor indio, nacionalizado británico. Novelista, cuentista y poeta. Premio Nobel de Literatura 1907. Desde su infancia fue educado en Inglaterra. Fue distinguido con numerosos honores.

Una de sus obras más populares es El libro de la selva (dos libros), cuentos de ficción, llevado al cine y representado en dibujos animados (Disney). Kipling recordó un cuento escrito por él tiempo atrás en el que un personaje era criado por los lobos como si fuera un lobezno y partiendo de esta idea y ampliándola, creó una galería de personajes inolvidables, entre ellos Mowgli, el protagonista, en que nos recrea con su elegante inspiración.

Escribió otros cuentos, novelas, artículos y poemas.

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Horacio Quiroga (1878-1937), uruguayo, vivió largo tiempo en Argentina, confinado en la selva, en Misiones. Tratamos de él en nuestro artículo ‘Literatura y suicidio’. Se suicidó bebiendo un vaso de cianuro y muriendo entre espantosos dolores.

Escribió Cuentos de la selva, en que se deja sentir la influencia de Kipling. Son cuentos ambientados en la selva tropical, en que humor y tragedia se combinan de manera magistral, ofreciéndonos como resultado ejemplos sin par del difícil arte del cuento en el que Horacio Quiroga se reveló como un auténtico maestro.

Tiene escritos numerosos cuentos.

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Joseph Conrad (1857-1924), novelista polaco, nacionalizado inglés. Es un caso singular, junto al de Nabokov. Sin ser ingleses de nacimiento ambos, los dos escribieron su obra en inglés.

Durante su niñez se produce la ocupación de Polonia por Rusia, lo que le dejaría una huella profunda y la elección más tarde, como escritor, de temas como el colonialismo, de los que trata en sus novelas El corazón de las tinieblas y Nostromo. Escribió unas veinte novelas, algunas muy populares, llevadas al cine. Lord Jim es una de ellas.

El corazón de las tinieblas es una novela edificada sobre una anécdota insignificante, un viaje por el río Congo. Conrad nos traslada a un mundo alucinatorio de tinieblas en la jungla africana y de tenebrosos instintos olvidados.

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José Eustasio Rivera (1888-1928), colombiano, novelista y poeta.

Escribió la novela La vorágine, que es una de las más importantes de la literatura latinoamericana, poco conocida en España, muy influyente en la narrativa posterior, cuya trama se desarrolla en el llano y la selva colombianos, en la que se refleja la lucha de hombres y mujeres por la supervivencia material y espiritual.

Hay quien ha querido ver en líneas generales ciertas similitudes entre La vorágine (1924) y El corazón de las tinieblas (1899), por tratar ambas de un viaje hacia el interior selvático, suramericano y africano, respectivamente, y el paralelismo de personajes en una y otra.

No falta quien ha establecido un cruce entre La vorágine y Los desterrados (1926), de Horacio Quiroga, y han querido ver parecidos de fondo entre ambas: la selva, el destierro y la muerte.

Es bien cierto que el género de la novela de Rivera tuvo seguidores: Canaíma, del venezolano Rómulo Gallegos, ex-Presidente de Venezuela, y Calunga, del brasileño Jorge de Lima.

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Luis Sepúlveda (1949), chileno, residente en España. Novelista y cuentista.

Ha escrito Un viejo que leía novelas de amor, novela corta con desarrollo en un pueblo remoto, El Idilio, en la región amazónica de los indios shuar —llamados jíbaros—. En ella nos habla de codiciosos que creen dominar la Selva porque van cargados de armas, pero que no saben enfrentarse a una fiera enloquecida a la que le han matado sus crías.

Luis Sepúlveda hace gala en esta novela de sus grandes dotes de narrador de historias. Tiene editados otras novelas y cuentos.

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