dimanche 25 janvier 2009

+ POETAS ESPAÑOLES (Juan Ramón Jiménez)

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Poeta español y premio Nobel de Literatura. Nació en Moguer (Huelva) en 1881. Estudió en la Universidad de Sevilla.

Los poemas de Rubén Darío, el miembro más destacado del modernismo, le conmovieron especialmente en su juventud.

También sería importante la lectura de los simbolistas franceses, que acentuaron su inclinación hacia la melancolía.

En 1900 publicó sus dos primeros libros. Poco después se instalaría en Madrid, realizando varios viajes a Francia y luego a Estados Unidos, donde se casó con la que ya sería su compañera de toda la vida, Zenobia Camprubí.

En 1936, al estallar la Guerra Civil española se vio obligado a abandonar España. Estados Unidos, Cuba y Puerto Rico, fueron sus sucesivos lugares de residencia.

Moriría en este último país en 1959, donde recibió ya casi moribundo la noticia de la concesión del Premio Nobel.

La obra del poeta es muy numerosa. Escribió, entre otros, los siguientes títulos:

Ninfeas
Almas de violeta
Poesías escogidas
Segunda antología poética
Canción
Tercera antología
Baladas de primavera
La soledad sonora
Diario de un poeta recién casado
Eternidades
Piedra y cielo


En prosa poética destaca Platero y yo, obra a la que debe su fama universal. Es el libro traducido a más idiomas junto al Quijote.

He aquí una pequeña muestra ilustrativa de su calidad poética:

ÁLAMO BLANCO

Arriba canta el pájaro y abajo canta el agua.
(Arriba y abajo, se me abre el alma.)

Entre dos melodías la columna de plata.
Hoja, pájaro, estrella; baja flor, raíz, agua.
Entre dos conmociones la columna de plata.
(Y tú, tronco ideal, entre mi alma y mi alma.)

Mece a la estrella el trino, la onda a la flor baja.
(Abajo y arriba, me tiembla el alma.)


***

CANCIÓN DE INVIERNO

Cantan. Cantan.
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?

Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan
los pájaros que cantan?

No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada...

Yo no sé dónde cantan
los pájaros -cantan, cantan-
los pájaros que cantan.


***

EL POETA A CABALLO

¡Qué tranquilidad violeta,
por el sendero, a la tarde!
A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!

La dulce brisa del río,
olorosa a junco y agua,
le refresca el señorío...
La brisa leve del río...

A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!

Y el corazón se le pierde,
doliente y embalsamado,
en la madreselva verde...
Y el corazón se le pierde...

A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!

Se está la orilla dorando...
El último pensamiento
del sol la deja soñando...
Se está la orilla dorando...

¡Qué tranquilidad violeta,
por el sendero, a la tarde!
A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!


***

N E G R A

Conmigo duermen mis penas
por la noche, fatigadas
de la lucha que en el día
sostuvieron con mi alma.
Mas ¡ay! que con el reposo
igual que yo, ellas descansan,
y con nueva y mayor furia,
al despuntar la alborada,
a mi alma triste despiertan
para ofrecerle batalla...


***

ESTE NO SOY YO

Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pié cuando yo muera.


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EL VIAJE DEFINITIVO

...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico...
y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.


***

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