dimanche 23 octobre 2011

+ RAÍCES PROFUNDAS (novela corta)

Ha visto la luz pública mi  segundo libro, cuya portada puede verse al margen.

Algunos allegados y amigos recibirán un ejemplar. Se ha hecho una tirada limitada. Se ha pretendido conservar la historia en forma escrita, más sólida y querida, para mí al menos, comparada con los modos en que se desenvuelve un blog, mucho más efímero.

Entiendo que un libro puede recoger toda la vida de un escritor durante tres años publicando artículos y anécdotas y temas afines sobre Literatura, en tanto que en un blog todos nos dedicamos a 'picotear', hoy acudo y leo, mañana y pasado mañana no, etc. Una novela corta puede recoger tus vivencias personales durante toda una vida (biografía), el modo en que la gente acostumbraba a vivir  en el pasado en una época determinada observando sus formas de vida más comunes (novela costumbrista), etc. Y todo ello puede leerse de un tirón o a tu ritmo. Me gusta más el libro que el blog. Sin embargo, la literatura bloguista se va abriendo paso paulatinamente de manera imparable y abarca muchas áreas. Y he encontrado buenos escritores en algunos blogs.

Me ha llamado la atención que haya ya cursos de enseñanza para aprender a sacar partido a un blog, lo mismo que los hay para aprender a escribir cuentos, relatos, novelas, etc. El blog  incluye varias facetas: literatura, noticias, multimedia, etc., y tiene unas caracteristicas propias.

Tras este segundo libro publicado en escaso tiempo tras el primero, cuyo contenido extractado se da en la contraportada, que dice:

'Tomando como hilo conductor el supuesto origen  de un poco común patronímico familiar y partiendo  de los años finales del siglo XV, se ha pretendido dar un paseo por el modo de vida, festejos y efemérides más celebrados en la época de la mano del protagonista principal de esta novela corta de 157   páginas, que podría subtitularse como de 'costumbrista', avanzando a través de los siglos subsiguientes haciendo especial hincapié en la vida social de las gentes de España.',

he creído conveniente y necesario hacer un alto en el camino para meditar sobre todo el mundo de la escritura: colaboraciones, artículos, blog, libros, etc., y para analizar seriamente adónde quiero ir y qué camino futuro debería tomar si hay alguno que tomar.

Se trata de un cierre temporal  del blog (¿o definitivo?), ¿quién sabe? El tiempo lo dirá.

Quiero saludar a los amigos y desconocidos que han visitado el blog durante su existencia  (unos tres/cuatro  años aprox.) y despedirme de ellos con un cálido ADIÓS (que en nuestro idioma pudiera interpretarse como un  HASTA LUEGO), porque siendo un blog no muy visitado en todo este tiempo, he tenido el privilegio de recibir 151 visitas que han dejado comentarios de los que he aprendido mucho. Gracias a todos y ...

Adiós

Ave

Adeu

Ciao

Adeus

Au revoir

Bye

Auf wiedersehen

Γειά σου

להתראות

さようなら

до свидания

Hej da

再见

Farvel

Cześć!

***

 






vendredi 7 octobre 2011

+ BUSCANDO CINCO PIES AL GATO - 4

LAWRENCE DURRELL y ALEJANDRÍA

Si hay alguien que ha establecido una relación erótica con una ciudad y la ha hecho verdadera protagonista de su novela, ése ha sido Durrell. La ciudad: Alejandría. Fue fundada hace más de veinticuatro siglos por Alejandro Magno.

Escritor británico que desarrolló misiones diplomáticas en Grecia, Chipre y Egipto, es bien conocido por su obra más popular, El cuarteto de Alejandría, compuesta por cuatro novelas: Justine, Baltazhar, Mountolive y Clea. La trama se lleva a cabo en Alejandría antes y después de la II guerra mundial, con localizaciones exóticas de la ciudad y sus alrededores. Los personajes de esta tetralogía no tendrían sentido fuera de Alejandría, tierra melancólica y calurosa, ciudad de cafés y minaretes, encuentro de culturas milenarias, evocadora del centro del saber en la antigüedad.

Alejandría y Durrell. Lawrence Durrell y la ciudad de Alejandría.

‘En esencia, ¿qué es esa ciudad, la nuestra? ¿Qué resume la palabra Alejandría? Evoco enseguida innumerables calles donde se arremolina el polvo. Hoy es de las moscas y los mendigos, y entre ambas especies de todos aquellos que llevan una existencia vicaria.

Cinco razas, cinco lenguas, una docena de religiones; el reflejo de cinco flotas en el agua grasienta, más allá de la escollera. Pero hay más de cinco sexos y sólo el griego del pueblo parece capaz de distinguirlos. La mercadería sexual al alcance de la mano es desconcertante por su variedad y profusión. Es imposible confundir a Alejandría con un lugar placentero. Los amantes simbólicos del mundo helénico son sustituidos por algo distinto, algo sutilmente andrógino, vuelto sobre sí mismo. Oriente no puede disfrutar de la dulce anarquía del cuerpo, pero ha ido más allá del cuerpo. Nessim dijo una vez, recuerdo ― y creo que lo había leído en alguna parte ―, que Alejandría es el más grande lagar del amor; escapan de él los enfermos, los solitarios, los profetas, es decir, todos los que han sido profundamente heridos en su sexo.’ (Justine).

En las páginas de Justine asistimos de forma permanente a la exaltación del amor por la ciudad, a la que dedica el escritor piropos como si de una bella mujer se tratase:

‘Notas para un paisaje … Largas modulaciones de color. Luz que se filtra a través de la esencia de los limones. Polvo amarillo suspendido en el aire fragante, y el color del pavimento caliente recién regado. Nubes livianas, al ras del suelo, que sin embargo rara vez traen lluvia. Sobre ese fondo se proyectan rojos y verdes polvorientos, malva pastel y un carmesí profundo y diluido. En verano la humedad del mar da una leve pátina al aire. Todo parece cubierto por un manto de goma.’

‘Y luego, en otoño, el aire seco y vibrante, cargado de áspera electricidad estática, que inflama el cuerpo bajo la ropa liviana. La carne despierta, siente los barrotes de su prisión.’.

Y continúa:

‘En la gran calma de esas tardes de invierno hay un reloj: el mar. Su palpitación confusa que se prolonga en la mente es la fuga sobre la cual se compone este relato. Vacías cadencias de las olas que lamen sus propias heridas, hoscas en las bocas del delta, bullentes en las playas desiertas, vacías, eternamente vacías bajo el vuelo de las gaviotas: garabatos blancos sobre el gris, masticados por las nubes. Si una vela se acerca hasta aquí, muere antes de que la tierra la cubra con su sombra. ¡Despojos barridos hasta los frontones de las islas, último vestigio carcomido por la intemperie, plantado en la vejiga azul del agua … desaparecido!’.

Las referencias a la ciudad son tan permanentes en la tetralogía ― véanse los dos pequeños párrafos de otras obras que siguen ― que no desmerecen en absoluto si leemos versos que el poeta griego Constantinos P. Cavafis, nacido en Alejandría, dedica a la ciudad y que Durrell se permite traducir y transcribir al término de su novela Justine, que figuran al final de este artículo:

‘En el momento de hundirme en el sueño, oí la voz de mi amigo que me repetía: «¿Qué es lo que le interesa saber?, ¿qué más le interesa saber?». «Tengo que saberlo todo para liberarme por fin de la ciudad», respondí en mi sueño.’ (Baltazhar).

‘… una ciudad se convierte en un mundo cuando se ama a uno de sus habitantes. Toda una nueva geografía de Alejandría había nacido a través de Clea, recreando sus antiguos significados, renovando atmósferas semiolvidadas, arrastrando el aluvión multicolor de una nueva historia, una nueva biografía. Recuerdos de viejos cafés a lo largo de la costa en los bronceados plenilunios, los toldos rayados flotando en la brisa marina de la medianoche. Cenas tardías, la luna rielando nuestras copas. A la sombra de un minarete o en alguna franja de arena a la luz trémula de una lámpara de parafina...’ (Clea).

La ciudad (Cavafis):

Te dices: Me marcharé
a otra tierra, a otro mar,
a una ciudad mucho más bella de lo que ésta
pudo ser o anhelar …
Esta ciudad donde cada paso aprieta el nudo corredizo,
un corazón en un cuerpo enterrado y polvoriento.
¿Cuánto tiempo tendré que quedarme,
confinado en estos tristes arrabales
del pensamiento más vulgar? Dondequiera
que mire
se alzan las negras ruinas de mi vida.
Cuántos años he pasado aquí
derrochando, tirando, sin beneficio alguno …
No hay tierra nueva, amigo, ni mar nuevo,
pues la ciudad te seguirá.
Por las mismas calles andarás
interminablemente,
los mismos suburbios mentales van
de la juventud a la vejez,
y en la misma casa acabarás lleno de canas...
La ciudad es una jaula.
No hay otro lugar, siempre el mismo
puerto terreno, y no hay barco
que te arranque a ti mismo. ¡Ah!
¿No comprendes
que al arruinar tu vida entera
en este sitio, la has malogrado
en cualquier parte de este mundo?
Cuando de pronto a medianoche, oigas
pasar el tropel invisible, las voces cristalinas,
la música embriagadora de sus coros,
sabrás que la Fortuna te abandona,
que la esperanza
cae, que toda una vida de deseos
se deshace en humo. ¡Ah, no sufras
por algo que ya excede el desengaño!
Como un hombre desde hace tiempo preparado,
saluda con valor a Alejandría que se marcha.
Y no te engañes, no digas
que era un sueño, que tus oídos te confunden,
quedan las súplicas y las lamentaciones
para los cobardes,
deja volar las vanas esperanzas,
y como un hombre desde hace tiempo
preparado,
deliberadamente, con un orgullo
y una resignación
dignos de ti y de la ciudad
asómate a la ventana abierta
para beber, más allá del desengaño,
la última embriaguez de ese tropel divino,
y saluda, saluda a Alejandría que se marcha.

***

LOS ESCRITORES Y SUS AMORES

Escritores y escritoras que nos han deleitado con obras de ficción en las que han recreado historias de amor (León Tolstoi en Anna Karenina; Gustave Flaubert en Madame Bovary, Víctor Hugo en Nuestra Señora de París,...), vivieron amores y amoríos en sus vidas reales, en una escala que comprende la atracción sexual simplemente, el amor pasional, el incesto, el lesbianismo, el amor triangular,… Nos estamos refiriendo a pasajes reales de las vidas de figuras literarias de la talla de Víctor Hugo con Juliette Drouet; Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir; Cervantes con Ana Franca de Rojas; Henry Miller y Anaïs Nin; Blasco Ibáñez con Elena de Ortúzar; Virginia y Leonard Woolf, …

No es posible tratar aquí en profundidad estos aspectos que hemos comentado sobre los que de algunos autores podría escribirse una biografía referida al amor o al sexo en sus vidas exclusivamente. Dejemos sólo unas pinceladas de algunos casos.

VÍCTOR HUGO y JULIETTE DROUET

Víctor Hugo tuvo numerosas amantes hasta edad muy avanzada. La más conocida por su duración fue Juliette Drouet, actriz de teatro a quien conoció en la representación de Lucrecia Borgia, obra teatral en prosa de Hugo, al que consagró su vida abandonando su carrera de actriz. Ella tenía 27 años y él 31.

Ella le libró de la cárcel tras el golpe de estado de Napoleón III. Hugo escribió numerosos poemas de amor para ella. Fue un amor que se prolongó durante 50 años, hasta los últimos de la vida del escritor. Cada año escribían ambos en un cuaderno al que llamaban el libro del aniversario. Juliette siempre soportó sus excesos de fiestas y de comidas brutales. Llegaron a hacer varios viajes por el Rhin y el Canal de la Mancha, viviendo en varias islas.

Hugo se había casado antes con Adèle Foucher y su matrimonio fue feliz hasta que duró. Tras once años, la esposa, cansada de la ajetreada vida del escritor, puso fin a la relación con una infidelidad de ella con un crítico literario. En su noche de bodas con Adèle, Víctor Hugo ya estableció toda una plusmarca sexual, de la que se jactaba: hizo el amor ocho veces a la recién desposada, que al parecer quedó vacunada para siempre contra tamaña proeza.

Hay obras publicadas que recogen la correspondencia de amor entre ambos durante ese medio siglo. He aquí una pequeña muestra de fragmentos en francés de algunas cartas, que traducidos dicen:

‘Ven a buscarme esta tarde a casa de la Sra. K. Te amaré hasta entonces para armarme de paciencia ―y esta tarde ― ¡oh! ― ¡esta tarde será todo! Me daré a ti toda entera’.

‘Te espero esta tarde con mucha impaciencia. Se diría que los latidos de mi corazón quisieran acelerar las pulsaciones del reloj para que llegue más rápido’.

‘Siento profundamente que eres mi verdadera esposa; no podría vivir sin ti en esta tierra ni brillar sin ti en la eternidad’.

JEAN-PAUL SARTRE y SIMONE DE BEAUVOIR

Se conocieron en la Universidad de la Sorbona opositando a una cátedra de filosofía, en la que Sartre obtuvo el número uno y Simone el dos.

Se unieron en una relación amorosa libre, no monógama, moderna y a veces escandalosa. Desde que conoció a Simone, Sartre se convirtió en un mujeriego irredento hasta su muerte, a pesar que no era un hombre guapo; era bajo de estatura, estrábico, con un 10% de visión en el ojo, por lo que usaba gruesos anteojos, pero se identificaron como iguales intelectualmente y mantuvieron una relación que duró toda la vida. Él continuó con múltiples romances durante años. Siempre estuvo rodeado de mujeres. Su obra El existencialismo es un humanismo es la introducción más conocida a la filosofía de Sartre. Tiene escritas varias obras filosóficas, teatrales, de ensayo y biográficas. En 1964 renunció al Premio Nobel que le había sido otorgado, alegando que su aceptación implicaría perder su identidad de filósofo.

Simone era una mujer de marcada ideología y activista feminista, marcada por el existencialismo, coincidente con los postulados de Sartre. Fue una de las firmantes del famoso manifiesto en que 343 mujeres confiesan haber recurrido al aborto. Sus obras no fueron conocidas para las lectoras de América Latina hasta 1954, año en que la editorial Siglo XX de Argentina dio a conocer sus obras El segundo sexo y Los mandarines, que fueron prohibidas por la iglesia católica de España. Tiene otras muchas obras, entre ellas novelas, ensayos, memorias y teatro.

Ambos se separaron hacia el final de sus vidas como consecuencia de saberse que Arlette, una estudiante argelina a la que conoció Sartre cuando la misma tenía 18 años y que convirtió en su amante y posteriormente en su hija adoptiva, además de en su albacea, sin que Simone tuviera noticia.

Sartre falleció en 1980 de un edema pulmonar y sus últimas palabras fueron ‘Yo la quiero mucho, mi pequeño Castor’ (éste era el apodo cariñoso que Sartre daba a Simone, a la que siempre trató de usted). Simone murió en 1986. Los restos de ambos descansan en una tumba conjunta en el cementerio de Montparnasse, en París.

ANAÏS NIN y HENRY MILLER

Anaïs es especialmente conocida por sus Diarios, que abarcan cuarenta años y que empezó a escribir con doce. Era hija de una cantante danesa y un pianista español afincado en Cuba.

Con 19 años trabaja como modelo y bailarina de flamenco y se casa furtivamente con un banquero americano y marchan a París. Lee a D.H. Lawrence y en 1930 publica un ensayo sobre él. Un año después conoce a Henry Miller, quedando ambos impactados y dando comienzo a una correspondencia apasionada. Se convierten en amantes.

Anaïs se reencuentra con su padre en París y mantiene con él relaciones incestuosas. La mujer de Miller, June, antigua prostituta, la inicia en el voyeurismo y el lesbianismo. Escribe una novela, La casa del incesto. También Invierno de artificio, Delta de Venus (siendo la primera mujer en publicar relatos eróticos), En una campana de cristal y su Diario en 1966.

Al principio su relación con Miller es puramente intelectual, intercambian ideas acerca de literatura, filosofía y sicología. Su relación con Henry significa para ella un despertar sexual. June viaja a París y deslumbra a Anaïs con su exuberante belleza. Un año más tarde dan comienzo a una relación triangular. Anaïs encuentra en cada uno una atracción diferente, llegando a afirmar ‘Henry me da el mundo, June me da la locura’.

La primera edición no censurada del diario de Anaïs se llamó Henry Miller, su mujer y yo, que fue llevada al cine con el nombre de Henry y Jane, con María de Medeiros y Uma Thurman.

En 1973 Anaïs recibió el doctorado honoris causa del Philadelphia College of Art y elegida para el Instituto Nacional de las Artes y las Letras en 1974. Falleció en 1977 y sus cenizas fueron esparcidas en la Bahía de Santa Mónica.

De la obra de Henry Miller ya hemos hablado en un artículo anterior titulado LA LITERATURA Y LA LECTURA (Los libros en los libros).

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jeudi 6 octobre 2011

+ BUSCANDO CINCO PIES AL GATO - 3

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PESSOA y LISBOA

Fernando Pessoa o el fingidor de sí mismo. Sí, el fingidor.

Con el uso de heterónimos tales como Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos o Bernardo Soares, Pessoa se permitía ejercer la crítica de los poemas de éstos, y viceversa.

Fue el impulsor del surrealismo portugués y una de las mayores y más representativas figuras de la poesía portuguesa del siglo XX y de toda Europa, nacido en Lisboa en 1888 y fallecido en la misma ciudad en 1935. Sus primeros años de infancia transcurrieron en Sudáfrica, en Durban, lugar en que su padrastro desempeñaba el cargo de cónsul de Portugal, viajando a los diecisiete años a su país natal para establecer en Lisboa su residencia de forma definitiva. Su vinculación con la capital portuguesa fue muy importante.

Se ganaba la vida como traductor de inglés, idioma que dominaba a la perfección hasta el punto de publicar sus primeros poemas en inglés. Fue un defensor de la lengua portuguesa llegando a afirmar en más de una ocasión que ‘Mi patria es la lengua portuguesa’.

Fue una figura enigmática. Un poeta y crítico brasileño ha afirmado que Fernando Pessoa es ‘o enigma em pessoa’ (que se puede traducir por ‘el enigma en persona’ o ‘el enigma en Pessoa’). Octavio Paz dijo de Pessoa que ‘nada en su vida es sorprendente, nada excepto sus poemas’.

Se estima que la creación estética de Pessoa son los heterónimos.

Su obra poética Mensagem fue la única que publicó en vida. Leamos algunos poemas de Pessoa:

AUTOPSICOGRAFÍA

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.
 Y quienes leen lo que escribe,
Sienten, en el dolor leído,
No los dos que el poeta vive
Sino aquél que no han tenido.

Y así va por su camino,
Distrayendo a la razón,
Ese tren sin real destino
Que se llama corazón.

NO QUIERO ROSAS

No quiero rosas, con tal que haya rosas.
Las quiero sólo cuando no las pueda haber.
¿Qué voy a hacer con las cosas
que cualquier mano puede coger?
No quiero la noche sino cuando la aurora
la hizo diluirse en oro y azul.
Lo que mi alma ignora
eso es lo que quiero poseer.
¿Para qué?... Si lo supiese, no haría
versos para decir que aún no lo sé.
Tengo el alma pobre y fría...
Ah, ¿con qué limosna la calentaré?...

NO LA QUE DAS

No la que das, la flor que tú eres quiero.
Por qué me niegas lo que no te pido.
Tiempo habrá de que niegues
después de que hayas dado.
Flor, ¡seme flor! Si te cogiese avara
mano de infausta esfinge, tú perenne
sombra errarás absurda
tras lo que nunca diste.

SI ALGUIEN TOCA UN DÍA A TU PUERTA

Si alguien toca un día a tu puerta,
Diciendo que es un emisario mío
No creas, ni aunque sea yo;
Que mi vanidoso orgullo no intentaría
Tocar siquiera la puerta irreal del cielo.
Pero si, naturalmente, y sin oír
A alguien tocar, la puerta fueras a abrir
Y encontraras alguien como a la espera
De tocar, medita un poco.
Ese era Mi emisario y yo y lo que intenta
Mi orgullo que desespera
¡Abre a quién no llama a tu puerta!

SI, DESPUÉS QUE YO MUERA...

Si, después que yo muera, se quisiera escribir mi biografía,
Nada sería más simple.
Exactamente poseo dos fechas -la de mi nacimiento y
                                                                             la de muerte.
Entre una y otra todos los días me
pertenecen.
Soy fácil de describir.
He vivido como un loco.
He amado a las cosas sin ningún sentimentalismo.
Nunca tuve un deseo que no pudiera colmar, pues nunca anduve ciego.
Incluso escuchar para mí fue nada más que un complemento del ver.
Comprendí que las cosas son reales y totalmente diferentes una de otra:
Lo comprendí con los ojos, jamás con el pensamiento.
Comprenderlo con el pensamiento hubiera sido encontrarlas
todas iguales.
Un día me sentí dormido como un niño.
Cerré los ojos y dormí.
Y, a propósito, yo era el único poeta de la Naturaleza.

SI MUERO PRONTO

Si muero pronto,
Sin poder publicar ningún libro,
Sin ver la cara que tienen mis versos en letras de molde,
Ruego, si se afligen a causa de esto,
Que no se aflijan.
Si ocurre, era lo justo.
Aunque nadie imprima mis versos,
Si fueron bellos, tendrán hermosura.
Y si son bellos, serán publicados.

(Versión de Octavio Paz)

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ME ACUERDO

(Juego de historias breves)

Estas pequeñas historias, que han ido apareciendo en mi blog (http://senciales.blogspot.com), tienen la particularidad de empezar todas ellas con las palabras ME ACUERDO (Je me souviens, libro de Georges Perec, Editorial Berenice, 2006), técnica para el fomento de la imaginación y creatividad que puso en marcha el grupo francés de escritores Ou.Li.Po.

LA COPLA

Me acuerdo de los días en que teniendo trece o catorce años de edad íbamos a las verbenas del barrio, en que entonces estaba muy de moda oír en los espectáculos coplas cantadas principalmente por artistas contratados.

Una copla decía que ‘las españolas cuando besan, es que besan de verdad,…’.

Por aquellos años tonteábamos con nuestras amigas y nos creíamos tan ‘mayores’ que presumíamos de novia. Siempre que escuchaba aquella copla, me reafirmaba en mi creencia de que cuando mi chica correspondía a mis besos robados me estaba besando ciertamente de verdad, como en la copla.

POLVOS DE TALCO

Me acuerdo mucho de mi etapa de estudiante en l’École Française, donde sabían entrenarnos muy bien en la cultura francesa de la época, incluida la cinematográfica. Acudíamos al cine para ver filmes en versión francesa original. Proyectaban películas con actores renombrados del cine francés, por ejemplo, de Brigitte Bardot.

Por aquel entonces supe de un anuncio comercial leído en la prensa que decía 'B.B. aime Charrier'. Era un juego de palabras: B. B. en francés suena como 'bebé'. Brigitte Bardot estaba casada entonces con el actor Jacques Charrier. Y 'Charrier' era una marca comercial de polvos talcos.

EL HOOLIGAN PERFECTO

Me acuerdo que con ocho años de edad mi padre me llevaba a presenciar los partidos de fútbol todos los domingos en nuestra ciudad, muchas veces acompañado de su amigo Rafael, junto al que me sentaba yo en las gradas. Era un tipo muy, muy nervioso, y estaba continuamente moviendo las piernas haciendo ademanes como para adelantarse en los disparos a portería a los jugadores de su equipo, como si fuera él el que quisiera marcar los goles.

Terminaba el encuentro y era como si él hubiese jugado el partido y … menudo palizón me llevaba yo.

ROPA CONFECCIONADA

Me acuerdo de mis tiempos en una entidad financiera en que inicialmente comencé a trabajar en el negociado de Cartera, que es el departamento en que se descontaban y guardaban las letras de cambio de los clientes. Teníamos como cliente una empresa que tenía una cadena de comercios de tejidos, con clientes a su vez. Giraba letras a muchos clientes propios, compradores de telas y prendas confeccionadas en general. Tras varios meses allí ves nombres y apellidos de todos los colores.

Recuerdo de uno, los de un librado de una localidad cercana, que tenía por apellidos Pernil Pantalón.

CINE BLANCO Y NEGRO

Me acuerdo a veces de la bella y delicada actriz italiana Pier Angeli cuando alguien me habla de cine en blanco y negro o veo estas películas.

Hubo un tiempo de mi adolescencia durante el cual creí estar muy enamorado de ella e incluso llegué a llevar encima una fotografía suya con aquella cara de ángel que lucía.

Recuerdo que llegué a tener celos en algún momento del rebelde actor americano James Dean, con el que tuvo ella un breve romance.

Cuando ya adulto supe de su suicidio sentí perder a una amiga de mi juventud.

ANTOÑITO ‘Procesiones’

Me acuerdo del individuo aquél al que se conocía cariñosamente con el nombre de Antoñito ‘Procesiones’, muy alto, algo deficiente mental, que no engañaba a nadie por sus aficiones pues le gustaban los buenos puros habanos, el café tempranero bien calentito con churros, la cerveza Cruzcampo con buenas tapas e incluso lucir trajes que mucha gente no se podía permitir entonces. Todo se lo agenciaba al parecer de forma gratuita.

Acompañaba a las procesiones de Semana Santa, precediendo a las bandas de música con ademanes de solemne y distinguido director de orquesta desde su altura imponente.

PEPE, el Escocés

Me acuerdo del escocés gigantón, ya mayor, que acudía puntualmente a la Feria de Sevilla, vestido con su traje típico de origen, falda corta a cuadros, de gestos amanerados ―para mí un gay adelantado a su época―, simpático y de rostro grana, como de alguien especialmente habituado al güisqui.

Terminó aficionándose con los años a la manzanilla y al vino fino y se hizo muy popular entre nosotros. Aprendió a bailar sevillanas a la escocesa. No tenía ningún sentido del ridículo.

Un buen día dejó de venir… No vino nunca más… Y nos pensamos lo peor...

SOMBRAS CHINESCAS

Me acuerdo de aquellas noches de misterio y asombro. No existían proyectores de cine tipo casero. Entonces estas cosas eran cálidas y requerían del amor de los mayores para distraer a los niños.

Horas llevaba a padres recortar figuritas de papel simulando muñecos, animales y mil objetos más suspendidos de hilos para ser proyectados tras una pantalla blanca, una sábana, detrás de la cual se hacía lucir una vela encendida. A veces, cuando surgía algún movimiento brusco, sombras fantasmales aparecían en el techo de la habitación, y un leve estremecimiento recorría los cuerpos de los críos allí congregados.

EL JUEGO DEL FUTBOLÍN

Me acuerdo de mis juegos infantiles y adolescentes. Pasados los años, hijos y nietos me han pedido algún regalo específico por el día de Reyes, por Navidad o para un cumpleaños, exigiéndome modelo y marca del artículo solicitado. Me ha venido a la memoria la pobre calidad de los juegos de nuestra primera infancia. Por ejemplo, el futbolín.

Nuestro remedo de un partido de fútbol consistía en reunir botones de prendas, del mayor tamaño posible, con los nombres de los futbolistas de la época escritos en un pequeño trozo de papel y pegado encima de ellos.

LANGOSTAS

Me acuerdo del episodio de plagas de langostas en algunas tardes de verano en la ciudad de Tetuán, Aitta Tettauen. Los insectos fitófagos. Se las veía venir de lejos. Emitían un zumbido enorme y formaban una negra nube que cubría el cielo parcialmente.

Comenzaban a caer inicialmente aislada e individualmente con una rapidez vertiginosa. Era la vanguardia de aquel ejército destructor que se aproximaba. Todos corríamos a casa y cerrábamos con celeridad puertas y ventanas pues aquellas langostas entraban por todos los rincones. Más de una vez tuvimos que sacudirnos de encima, con las manos, a estos pegajosos insectos.

‘BAILAOR’

Me acuerdo que siendo añojo las lágrimas asomaban a sus ojos fácilmente y más tarde, ya adulto, le continuaron. Había perdido a su madre al nacer. Su mal tenía un nombre. Cuando cumplió cuatro años fue apartado para ser lidiado en la plaza de la capital.

Al salir al ruedo mostró durante la lidia signos evidentes de su bravura. A la hora de la suerte final, el torero presenció los síntomas de su enfermedad, vio lágrimas brotar de sus ojos. Salió con vida de la plaza y se convirtió en simiente de una larga genealogía de toros bravos.

OBSERVATORIO AÉREO

Me acuerdo de nuestro huerto africano en la bella ciudad de Melilla. Éramos bien jóvenes. Había un eucalipto de unos 20 metros de altura, al que trepábamos a menudo mis hermanos y yo y en especial los domingos nos servía de observatorio aéreo para presenciar los partidos de fútbol que jugaba en su estadio municipal el Melilla, C. F. También teníamos allí una vieja higuera silvestre, con cuyos frutos no comestibles jugábamos los críos utilizándolos como proyectiles para terminar siempre, después de largo rato, con las manos algo inflamadas y muy sucias por el líquido lechoso que desprendían.

UN DÍA DE PESCA

Me acuerdo que mi consuegro Pepe pretendía convertirme en pescador de playas vecinas, en peatón de orillas de mar.

Decía que sólo hacía falta una caña de pescar y ganas. Una mañana de verano me metió en su coche como si fuera yo otra de sus cañas y fuimos al Portil.

Contra todo pronóstico, quien capturó la primera pieza fui yo: una pequeña baila. Pesqué además una bota vieja y oxidada y un pequeño pulpo. Él no se estrenó.

Mi consuegro era una buena persona. Estará en alguna playa celestial pescando bailas para desquitarse de aquel mal día.

NOSTALGIA FOTOGRÁFICA

Me acuerdo que hace años di un cerrojazo a mi cuarto oscuro. Los avances científicos. El píxel envió al exilio al grano de cloruro de plata, al principio con poco éxito, pero las ciencias adelantan una barbaridad… y finalmente suplantó al grano y le ha sepultado en el pozo de la historia.

Acabó la época en que podías manipular manualmente amarillo, magenta y cyan y recrearte en las tonalidades más o menos intensas de verdes, azules y rojos. Dejaste de ser como el hombre del Renacimiento. Mr. Photoshop lo hace todo por ti. Nostalgia se llama la figura.

'CHATO'

Me acuerdo de mi amigo del colegio Nicasio a quien llamábamos cariñosamente ‘Chato’ por su gran prominencia nasal y de los enfados que agarraba con ello.

Era alto y fuerte y el guardameta, casi imbatible, del equipo de balonmano de nuestra clase en los últimos cursos de bachillerato.

Cuando le dirigíamos tal apelativo nos contestaba que nos iba a dar un zumbío ― vulgarismo por zumbido―, y nos reíamos todos. Se hicieron famosos sus zumbíos. Decíamos: Mira, Chato, un zumbío volando. Lo repetía tanto, tanto, que todo nuestro entorno lo suponíamos poblado por zumbíos aéreos de Nicasio.

(continuará)

+ BUSCANDO CINCO PIES AL GATO - 2

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LA COMA (A LORENZO)

¿ABAJO LA PUTA ORTOGRAFÍA? Entiendo que no.

La culpa del peligro que corrió por unos instantes aquella incipiente amistad, nacida de aficiones y sentimientos compartidos por la escritura creativa, la tuvo UNA COMA.

La culpa la tuvo una coma, sí, una coma. Les cuento.

Hice a mi amigo Lorenzo un comentario y le dije, entre otras cosas, que cuando le leía no podía evitar acordarme de Charles Bukowski, escritor americano de relatos más que eróticos, en la creencia de que — aunque el que escribe no quiere parecerse a nadie — el despertar una inclinación en el que te lee de comparación con un escritor reconocido mundialmente, debe ser motivo de orgullo aunque sea disimulado.

Pues, no. Mi amigo me contestó, ¡atención!:

Yo no he leído nada de ese tipo, PEDAZO DE HIJO DE PUTA.

Alguien con el que tienes afinidades literarias, con el que te encuentras a menudo en la web TR, al que dedicas tiempo en leer sus textos, esfuerzo en comentarlos, va y te dice: PEDAZO DE HIJO DE PUTA.

Bueno, a ver, leeré de nuevo. Sí, el hijo de puta soy yo. Pues no, yo no soy un hijo de puta, Lorenzo. No por mí, que acaso lo merezca, sino por mi madre, que no era una puta, lo juro. Y si lo hubiese sido sería lo mismo. Decirle a alguien en las condiciones explicadas ‘pedazo de hijo de puta’ es gordo. No hijo de puta, sino PEDAZO de hijo de puta. Eso es un insulto.

Con lo fácil y comprensible que hubiese sido que Lorenzo hubiese escrito:

Yo no he leído nada de ese tipo pedazo de hijo de puta.

(Sin coma, Lorenzo, sin coma).

Cuando le he quitado la coma, he vuelto a leer y un profundo suspiro de alivio ha inundado la habitación en que me encontraba y he advertido que era más feliz. A renglón seguido me he dicho: ¡No soy un hijo de puta! ¡Lorenzo tampoco es un hijo de puta! Lorenzo es una buena persona, pues me ha pedido disculpas por activa y por pasiva, lo cual le honra.

Pero algo no me dejaba tranquilo. Entonces — me dije — el hijo de puta es Bukowski, Charles Bukowski, norteamericano. Eso es. Pues no, no estoy de acuerdo con Lorenzo. Ese Bukowski no fue tampoco, como no somos Lorenzo o yo, un pedazo de hijo de puta. Fue alguien que escribió y tuvo éxito entre sus contemporáneos, que tenía una afición como la nuestra, que sufrió y se alegró con ella y que gustaba a un sector de lectores y que seguramente no le agradaba que le compararan con otros escritores, como le ocurre a Lorenzo, en eso sí estoy de acuerdo con Lorenzo.

Y me acordé de una historia antigua, leída hace tiempo en algún lugar, que demuestra claramente al igual que el incidente tonto con Lorenzo, que UNA COMA no tiene que ver solamente con la capacidad pulmonar para leer un texto de corrido y evitar al lector que llegue a ese tono azulado que se le pone a uno en el rostro cuando no puede respirar, no: UNA COMA sirve para algo más.

Cuenta la historia antigua que un joven guerrero fue llamado a luchar en las guerras griegas para defender a su pueblo. Ante la idea de perecer en combate, con un pánico incontenible, decidió consultar al Oráculo para saber su suerte en la batalla y ante la pregunta crucial, el Oráculo entregó un escrito con la siguiente respuesta:

IRÁS REGRESARÁS NUNCA PERECERÁS.

Considerablemente más tranquilo, el joven fue a la guerra dispuesto a luchar y volver triunfante. A poco de empezar la pelea, le mataron.

¿Qué ocurrió? El Oráculo omitió accidentalmente el uso de LAS COMAS y, aun cuando su respuesta fue correcta, su predicción exacta era…

IRÁS, REGRESARÁS NUNCA, PERECERÁS.

¡Lorenzo, seguiré leyendo tus textos y comentándolos, pero sé más cuidadoso con las comas, por favor! ¡Te lo pido por favor!

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LITERATURA Y AJEDREZ

A pesar de lo antiguo que es el juego del ajedrez todavía hay personas que discrepan al opinar acerca de él y no terminan de ponerse de acuerdo sobre si es un juego sin más, una ciencia, un deporte, un juego de estrategia, una técnica educativa, un ejercicio de concentración y razonamiento o todas estas cosas unidas.

Se originó en la India y se estudió profundamente por los árabes, escribiendo éstos varios tratados. En España, el rey Alfonso X, el Sabio, tradujo tratados de ajedrez y a su vez escribió su Libro de Ajedrez. De todos es conocida la maestría secular con que se desenvuelven los países miembros de la desaparecida U.R.S.S. en este juego y continúan haciéndolo a la fecha. Antes y ahora en esos países se enseñaba y enseña el ajedrez en las escuelas como una asignatura más.

Los estudiantes de matemáticas conocen desde el inicio de sus estudios las propiedades de las progresiones geométricas y recordarán el ejemplo de que se servían nuestros profesores de la materia para hacernos ver en toda su dimensión la magia de las 64 casillas del tablero. Y seguro que les relataron que el rey Sehram concedió al inventor del juego, Sessa Ebn Daher, elegir el premio que apeteciera. Éste se limitó a pedir que se le otorgaran tantos granos de trigo como resultasen de colocar 1 grano en la primera casilla, 2 en la segunda, 4 en la tercera, y así sucesivamente hasta llegar a la número 64, esto es, doblando siempre el número de granos de la casilla anterior. La petición no pudo ser atendida ya que se hubiese necesitado disponer del trigo almacenado por todos los graneros del mundo en varios miles de años. Por curiosidad, la cifra resultante es de 183446.7442073.7091551.615 granos de trigo.

Del ajedrez se han servido o sirven los profesionales de este juego, los aficionados, muchas escuelas, los profesores de matemáticas y también — ¿cómo no? — los escritores de novelas y relatos. Y esto es lo que nos interesa. Ha habido escritores, algunos muy conocidos, que utilizaron el juego del ajedrez y sus reglas como trama en algunas de sus novelas, aunque en pocas verdaderamente. Hemos escogido los siguientes:

Vladimir Nabokov y ‘La defensa’. La novela ha sido llevada al cine con el título de La defensa Luzhin. Se trata de la vida del gran maestro de ajedrez Alexander Luzhin, que se prepara para enfrentarse al italiano Turati. Alexander pertenece a la categoría de jugador chiflado: un prodigio en el tablero y un despistado fuera de él. Se nos cuenta su infancia y su pasión por el ajedrez y el perfil sicológico del jugador de este juego. Se entra incluso en la descripción de jugadas. La trama de la novela está hábilmente manejada por este maestro ruso de las letras. Es conocido por su creación de problemas de ajedrez.

Nabokov nació en San Petersburgo pero adquirió fama literaria con su primera novela, Lolita, escrita en inglés. Esta novela ha sido llevada al cine en distintas versiones. En su familia se hablaba ruso, inglés y francés desde que él era un niño.

Este escritor es además un afamado crítico literario y un notorio traductor (ha traducido los cuatro volúmenes del Eugene Onegin, de Aleksandr Pushkin).

Obras suyas son asimismo Pálido fuego; El hechicero; Pnin; La verdadera vida de Sebastian Knight y otras.

Cuando hablamos de las obras de Nabokov lo hacemos de obras maestras de la literatura universal. Es cuando menos chocante que un autor ruso sea uno de los mejores escritores en lengua inglesa. Para mí siempre es una delicia tener entre las manos una novela de Nabokov y disfrutar con su lectura.

Arturo Pérez Reverte y ‘La tabla de Flandes’. Novelista y periodista español. Es académico de la Real Academia Española de la Lengua. Ejerció como reportero de guerra durante más de veinte años y reportero de los Servicios Informativos de TVE durante nueve.

En La tabla de Flandes, novela histórica, llevada al cine, tiene una destacada presencia una partida de ajedrez, que se muestra en una obra de un viejo pintor flamenco del siglo XV, que contiene la clave de un secreto que pudo cambiar la historia de Europa. Una restauradora de arte, un viejo anticuario y un excéntrico jugador de ajedrez se ven obligados a unir sus fuerzas para tratar de resolver el enigma que rodea al cuadro y a la partida de ajedrez que se juega en él. La historia está llevada con gran maestría y suspense hasta el final.

Pérez Reverte nos deleitó con otras novelas, hasta un total de dieciséis, y numerosos artículos. Algunas de sus restantes obras son: El maestro de esgrima, El Club Dumas, también llevadas al cine (esta última con el nombre de La novena puerta, por Roman Polanski) y la serie de novelas basadas en El capitán Alatriste, también llevada a la gran pantalla, y Territorio Comanche. Podemos mencionar finalmente, entre otras, Cachito, La piel del tambor, El pintor de batallas, etc.
 Está en posesión de numerosos premios y distinciones, entre ellos un premio Goya por un guión adaptado de una de sus obras.

Jorge Luis Borges y ‘Ajedrez’. Impone verdadero respeto acercarse aunque sea de puntillas a la grandiosa figura de este argentino ilustre, una de las glorias de las letras en el idioma español, máximo exponente literario del siglo XX, que vivió 87 años entre nosotros. Ha sido cuentista, ensayista y poeta de talla universal y un intelectual de primer orden. Algún día le haré un sentido homenaje y mostraré desde mis modestos conocimientos qué aspectos, que son muchos, me han impresionado siempre en él. Por ejemplo, disfrutaré ligando Borges y Buenos Aires, yo que soy tan proclive a este tipo de matrimonios indisolubles.

Pero nos ha traído aquí el binomio escritor-ajedrez. En Borges ese binomio está presente en su poema Ajedrez, profundo, como todo lo que ha escrito Borges, que dice así:

I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

En el año 1979 le fue concedido el Premio Cervantes y, antes y después, otros muchos galardones, pero no le fue otorgado el Nobel de Literatura, injustamente a mi modo de ver.

Como cuentista quizás su obra más conocida sea Aleph, además de Ficciones. En poesía podemos mencionar El hacedor, El oro de los tigres y El libro de arena. Su trabajo en el campo del ensayo fue notable. Y fue, además, un destacado traductor. Tradujo, entre otros textos, obras de Edgar Allan Poe, Franz Kafka, Herman Hesse, Ruyard Kipling, Herman Melville, André Gide, William Faulkner, Walt Whitman, Virginia Woolf y G. K. Chesterton.

No quiero dejar de referirme a una anécdota que viví con un amigo a propósito del cuento corto de Borges La muerte y la brújula. Mi amigo mantenía — y sigue manteniendo — que la trama del cuento tiene que mucho que ver con una partida de ajedrez jugada por la policía en toda la ciudad, en tanto que yo sostenía que se trata simplemente — ¿digo simplemente? — de un cuento detectivesco-filosófico, muy en la línea de los principios confesados por Borges a lo largo de su vida, muy difícil de comprender.

Stefan Zweig y ‘Novela de ajedrez’. Escritor austriaco de novelas, cuentos y biografías. Fue muy popular en la década 1920-1930. Nació en Viena en el seno de una familia judía acomodada. Se doctoró en filosofía en la Universidad de Viena. Fue un intelectual comprometido frente a las doctrinas nacionalistas imperantes en la época.

Novela de ajedrez es quizás su novela más famosa. Durante su desarrollo tiene lugar una partida de ajedrez entre Mirko, quien sin capacidad para cualquier otra actividad intelectual, se reveló ya desde niño como un genio del ajedrez, habiendo llegado a ser campeón del mundo. En un viaje a Buenos Aires en barco conoce a un noble vienés, su contrincante en el juego, que huye de los nazis. El autor nos presenta el choque de dos naturalezas antagónicas y también la capacidad del ser humano sometido a una presión de nivel extraordinario. Unos hechos contados magistralmente y de forma intrigante.

Zweig escribió obras de teatro y poesía e hizo traducciones de autores conocidos, pero fue más prolífico en el género de la novela. Podemos citar entre éstas, además de Novela de ajedrez, las siguientes biografías y novelas: María Estuardo; María Antonieta; Erasmo; La historia de Magallanes; Tres maestros: Balzac, Dickens, Dostoievski; Momentos estelares de la humanidad; La lucha contra el demonio; Veinticuatro horas en la vida de una mujer; etc.

(continuará)

+ BUSCANDO CINCO PIES AL GATO - 1

Deseo dejar aquí en mi blog algunos pequeños capítulos de mi libro mencionado:

PRÓLOGO

El autor de estos textos reunidos bajo el título genérico de Buscando cinco pies al gato dedicó toda su vida laboral al mundo de la Banca donde desarrolló diversas actividades a lo largo de su carrera profesional. Actualmente está jubilado.

Cursó estudios de CC. Económicas y Empresariales en la Universidad de Sevilla y en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y de idiomas en la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de Huelva en las especialidades de inglés y francés.

Los escritos sobre obras literarias, artículos sobre literatura en general, ensayos de relatos/cuentos cortos, apuntes para novela, críticas y comentarios sobre narrativa, aproximación a las relaciones escritor/ciudad, etc., derivan de su afición secular a la lectura de todo tipo y de ahí desembocó en su atracción tardía por la escritura. El título de este libro aspira a dar a entender que el autor siempre anduvo dando vueltas a sus lecturas, buceando en sus entrañas, estableciendo relaciones posibles, imaginables o imaginadas; en definitiva, buscando eso, buscando cinco pies al gato...

Estos trabajos han sido impresos por expreso deseo del autor con el fin de conservarlos en forma adecuada y un tanto duradera y, singularmente, como recuerdo personal.

La mayoría de ellos han sido publicados en la web de la revista literaria Narrador.es p://www.narrador.es/blog/) y en el blog personal del autor Hablemos de Literatura y ... (http://senciales.blogspot.com), de los que posiblemente algún día desaparecerán por diversas causas, de ahí su deseo de conservarlos en forma tradicional. El autor ha realizado una selección de temas de su producción total, abarcando diversos aspectos del mundo de las letras.

A.S.

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¿DÓNDE ESTÁN LAS MEJORES LIBRERÍAS DEL MUNDO?

He contestado a una pregunta que se hacía Narrador.es en su página web de la siguiente forma:

“No sé exactamente dónde puede encontrarse la mejor librería del mundo, si entendemos por ‘mejor’ la más surtida y no a la que tiene mejor aspecto, mejor edificio, etc.

Sí he tenido la suerte de encontrarme con noticias directas, de primera mano, de alguna librería de gran tamaño, con un extenso catálogo de libros en español.

A este propósito deseo referirme a la figura de don Elíseo Torres, compatriota español, gallego por más señas, que en el año 1940 emigró a EE. UU. tras nuestra guerra civil y se estableció en Manhattan con un pequeño negocio de libros. Con el paso del tiempo adquirió todas las librerías de libros en español de New York y se convirtió primero en el primer librero de New York (libros de España y Latinoamérica) y más adelante en el librero con el mayor surtido de libros de España y América Latina de todo el país U.S.A., llegando a ser el suministrador habitual de libros en español a todas las universidades americanas.

Tuve conocimiento cabal de la librería de este señor al interesarme por los autores españoles del exilio de la postguerra española, a saber, Max Aub, Manuel Andújar, etc. Al pretender comprar algunas novelas de este último autor descubrí, no sin cierta sorpresa por mi parte, que en España estos autores están prácticamente olvidados, siendo excelentes novelistas muchos de ellos.

Pues bien, al interesarme decididamente por estas novelas, supe de una librería en Sevilla, Librería Renacimiento, que sí tenía algunas de esas obras y que se anunciaba ‘Tenemos un gran fondo de libros de viejo en español, sobre todo de literatura española e hispanomericana. En 1995 adquirimos la librería de Elíseo Torres, de más de un millón de volúmenes’.

En esta librería he encontrado algunas de Manuel Andújar, entre ellas El destino de Lázaro y al abrir la portada de la novela hallo la siguiente dedicatoria:

Al escritor y periodista Arturo Sotomayor, con la cordial amistad de / Manuel Andújar / Nov. 1959. 

Me he informado que es primera edición por consiguiente y con la firma del autor. Mi curiosidad lectora y mi afición literaria me han llevado a indagar datos acerca del Sr. Sotomayor. Es mexicano, de Veracruz, fue periodista, poeta y ensayista y miembro de número de la Academia Mexicana de Bellas Artes, autor de un interesante ensayo titulado ‘Cortés según Cortés’.

La enseñanza más llamativa de esta anécdota referida es que el libro comprado fue editado en México, D.F., en el año 1959, por Fondo de Cultura Económica. Fue dedicado en ¿México? al Sr. Sotomayor y por azares del destino llegó a manos del librero gallego residente en New York y formó parte del fondo de más de un millón de libros vendidos a Librería Renacimiento, de Sevilla (tengo entendido que la mercancía vendida pesó más de 200 toneladas), llegando finalmente al comprador final en Huelva, servidor de ustedes. Podríamos titular la anécdota: México-New York-Sevilla-Huelva.

Añadiría que, como vemos, los libros viajan a través del tiempo y del espacio. Al que me he referido ha viajado algo más de 11.000 kms. en 51 años.

Algún día me decidiré a enviar de nuevo a Narrador.es artículos, esta vez bajo la orientación de Anécdotas relacionadas con libros y novelas.”

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¿ES USTED ANDALUZ?
(Homenaje a Andalucía)

Sí, señor, lo soy. Observe que no le digo 'zí, zeñó'. Y si me oyese hablar tampoco le contestaría de esta forma.

Intuyo que ahora me preguntará si sé cantar, bailar sevillanas, tocar la guitarra, contar chistes y,  si fuese usted extranjero, tendría curiosidad por saber si sé torear. Pues mire, no sé hacer ninguna  de esas cosas. Pero soy andaluz.

Sé una cosa que aprendí de nuestros antepasados ya lejanos: vivir en convivencia con individuos de otras culturas. En esta tierra que pisamos han convivido durante siglos cristianos, musulmanes y judíos.

Hay otra cosa que sabemos hacer por aquí: ser tolerantes.

Pero le voy a dar pistas sobre cantar, bailar, tocar la guitarra, torear…y sobre más cuestiones también: creación literaria, pintura, política, música, poesía, filosofía,… y además le diré algo sobre nuestra forma de hablar.

Empecemos por la pintura. Tenemos algunos maestros en este arte. Algunos nombres son Velázquez, Murillo, Zurbarán, Romero de Torres, Picasso, Valdés Leal, Vázquez Díaz, de entre los más conocidos.

También hemos tenido músicos notables, todavía vigentes entre nosotros. ¿Le suenan los nombres de Manuel de Falla y Joaquín Turina?

Líderes políticos que han dirigido imperios: Trajano y Adriano. Y otros que han destacado posteriormente: Alcalá Zamora, Cánovas del Castillo, Narváez.

Me temo que la lista se nos está haciendo bien larga. Pero, bueno, sigamos.

Algunos poetas universales: García Lorca, Antonio Machado, Manuel Machado, Bécquer, Vicente Aleixandre, Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Rafael Alberti, ...

Descubridores y conquistadores: Cabeza de Vaca, Martín Alonso Pinzón, Vicente Yáñez Pinzón, Antonio de Mendoza,…

Escritores como Pedro A. de Alarcón, Joaquín y Serafín Álvarez Quintero, Muñoz y Pavón, Juan Valera, María Zambrano, Ángel Ganivet,…y de nuestros días, por ejemplo, Antonio Muñoz Molina, Antonio Gala, ...

Filósofos y sabios: Séneca, Averroes, Maimónides,…

Le estoy aburriendo con tanto nombre. ¿Son muchos? Sí, creo que sí. La verdad es que en esta tierra somos muchos. Más de ocho millones.

Otro dato. Los españoles que han alcanzado el Premio Nobel han sido siete. De entre ellos dos han sido andaluces: Vicente Aleixandre y Juan Ramón Jiménez.

Alguien que sí sabía tocar la guitarra: Andrés Segovia. Otros que saben: Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar y Vicente Amigo.

Unos que cantan o han cantado: Raphael, Miguel Ríos, Carlos Cano, Camarón, Pasión Vega, Clara Montes, Diana Navarro,…

Y no continúo para no cansar. Seguramente me olvido de algunos nombres.
Le diré algo del habla andaluza. Es muy diversa y peculiar, según zonas. Ocurre como en todos los territorios españoles: Cataluña, Aragón, Galicia, Asturias… He oído hablar nuestro idioma tradicional — el que nació en San Millán de la Cogolla, en la Rioja, el español — en algunas zonas de esos territorios y podría hacerse una crítica, llegado el caso, igual que la que sufre el habla andaluza. El andaluz es una variedad dialectal, como son variedades dialectales el canario o el español de América.

Para terminar, diré que las Universidades andaluzas presentan el mayor número de estudiantes matriculados de todo el país.

Pero todavía se oye por ahí que carecemos de cultura y que hablamos mal y se sigue pensando que sí sabemos, en cambio, todos, todos los andaluces, tocar la guitarra, bailar sevillanas, cantar, contar chistes y hasta torear. Vaya, que somos la España clásica de la pandereta y la chirigota. Pues que bien…

Queremos de verdad vivir en paz y armonía con el resto de ciudadanos de España y compartir riqueza variada y cultura (que creo que es múltiple y nos sobra a todos). No pretendemos reivindicar nada, ni ser más patriotas que nadie, ni exigir singularidades —que todos las tenemos—, ni ser un país único separado del  resto de los españoles, ni pedir la autonomía tan en boga. Queremos seguir siendo iguales al resto de  nuestros compatriotas.

Esto es lo que queremos…

Estoy seguro de que todos los andaluces sí respetamos y entendemos que otros pueblos de España puedan pensar de forma diferente porque son distintos o así lo quieren. Y reconocemos que tienen todo el derecho del mundo a decidir su propio destino.

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(continuará)


dimanche 25 septembre 2011

+ ¿POSIBLE NOVELA? No sé, no sé, ...


Mis amigos saben que me gusta la fotografía  y la Literatura.

De ahí a probar a diseñar portadas de novelas hay un solo paso.

La portada de 'Buscando cinco pies al gato' la confeccioné personalmente y no me ocurrió, como quizás hubiese sido lógico, hacer figurar un gato. Recurrí a algo más emocional, a una fotografía en blanco y negro tomada por mí en un atardecer veraniego en una playa atlántica hace 23 años y en ella están las siluetas de un hijo (entonces con 13 años) y de una nieta (con 2 años ahí).

Estando próxima la terminación de una novela  corta con el título que aparece en la portada de más arriba, de 154 páginas, que titularía de 'costumbrista', he querido que aparezca por aquí.

Una pequeña sinopsis sería:
Tomando como hilo conductor el supuesto origen de un poco común patronímico familiar y partiendo de los años finales del siglo XV se ha pretendido dar un paseo por el modo de vida, festejos y efemérides más populares de la época de la mano del protagonista principal de esta novela corta, de 154 páginas por ahora, que podría catalogarse como ‘costumbrista’, avanzando a través de los siglos subsiguientes, pero haciendo siempre especial hincapié en la vida social de las gentes de entonces.
Por algunos días más todavía, no he conseguido aún erigirme en 'bartleby'.

A. S.